La fábula del Lobo tomó un giro inesperado cuando ella ascendió a la sierra. El aire matutino le susurró melodías ancestrales, transportándola a lo más profundo de su ser. Aquel cante, tan anhelado, se convirtió en la voz de su redención.
La montaña actuó como un portal hacia sus raíces, conectándola con sus antepasados y despertando una fuerza dormida en su interior. Las coplas resonaron en su alma, invocando la energía que siempre había estado allí, oculta, esperando ser liberada.
En ese momento mágico, ella se reencontró consigo misma. Las voces de sus ancestros la guiaron de vuelta a su verdadera esencia, permitiéndole reconectar con su linaje y su auténtico yo. Era el momento de su renacimiento, de su reencarnación espiritual.
Por la carretera el coche
Por la vía pasa el tren
Por la carretera el coche
y por la cara de mi novia
pasa la luna de noche
Tiene mi niña la cama
debajo de un limonero
tiene mi niña la cama
sale el sol y la despierta
sale la luna la llama
Cuando por tu puerta paso
con mi caballo Lucero
cuando por tu puerta paso
se detiene y corta el paso
porque sabe que te quiero
y tu de mi no haces caso
Con mi caballo Lucero
a la sierra te lleve
con mi caballo Lucero
y las flores del romero
se inclinaron a tu pies
cuando te dije te quiero.
Había llegado la hora de que emergiera su verdadero ser, de que abrazara su destino. El tiempo de la transformación había llegado, y ella ¿por que no podía? era el miedo..siempre el miedo..LA MALDITA SOLEDAD....faltarían mas subidas a la sierra....


No hay comentarios:
Publicar un comentario